El mundo del color
BENJAMIN DAY Y LA TRAMA INDUSTRIAL

Hacia 1878 la primera trama de puntos fue un descubrimiento del ilustrador e impresor norteamericano Benjamín Day (1838-1916), quien buscaba un método para lograr las luces y sombras en sus impresos.

El principio de su invento fue una película transparente de gelatina sujeta a un bastidor; la película era lisa por un lado y por el otro tenía líneas punteadas o texturas en relieve. La parte del “relieve” se entintaba con un rodillo de pasta de impresor mientras la película se sostenía con una almohadilla de entintar de franela, inventada con este fin. Se ponía luego la película entintada hacia abajo sobre un dibujo perfilado en metal, piedra o cartón. Posteriormente se hacía presión sobre el dorso de la película con un rodillo de goma, pasando las partes deseadas del modelo entintado de la película al dibujo.

En este método, bautizado como Benday en honor a su creador, las diferentes partes de una imagen eran concebidas como secciones perfiladas que podían rellenarse con pequeñas formas geométricas regulares apareciendo de esta manera la primera aplicación mecanizada de una trama.

El innovador sistema permitía graduar el color mediante el uso de puntos separados entre sí y alineados de tal manera que al imprimirse engañaban al ojo, así era fácil lograr que una tinta roja impresa sobre papel se visualizara rosada.

Benjamín Day fue capaz de encontrar una aplicación industrial a los principios ópticos que habían descubierto durante el siglo XIX importantes teóricos del color como el Doctor Jeanmile, John Ruskin y Michel Michl-Eugene Chevrul. También Charles Blanc, quien propuso una posible mezcla óptica de colores en forma de puntos o estrellas sobre un fondo claro. La obra de todos estos investigadores repercutió rápidamente en los pintores europeos de la época.